
Levantarse hoy ha sido muy divertido. En especial cuando hemos reflexionado sobre nuestra Nochevieja, nada relacionada con las de años anteriores.
Luego nos hemos preparado para coger el autobús e ir a la estación de tren. De este modo, Mälmo se ha convertido en una ciudad de transición. La idea era ir a Kalmar y así encontrar alojamiento y empezar a disfrutar de los sitios a los que vamos más relajadamente y, sobre todo , con luz.
El viaje en tren a Kalmar ha sido curioso, digamos que hemos coincidido en el tren con alguno que venía de la fiesta. En Mälmo está una de las discotecas más conocidas de Escandinavia y claro había mucha juventud en el tren.
Aproximadamente sobre las doce y media hemos llegado a Kalmar y hemos intentado localizar donde dormir. La verdad es que ha sido más complicado de lo que habíamos pensado, pero finalmente buscando por separado hemos encontrado un sitio precioso. De hecho espero volver algún día con más tiempo y en verano.
Tras situarnos en nuestra cabañita y alucinar con lo lindo que es el hotel, hemos estado paseando por este pueblecito. Tiene un castillo precioso y una parte antigua muy linda.
Después, como ya había algo de hambre, nos hemos ido a casi merendar a un chino.
Por último a relajarnos en el salón del hotel y a ver la televisión tirados en el suelo. La verdad es que no hemos hecho nada especial, pero yo he disfrutado especialmente del día de hoy.
